¿Que haríamos para salir de la crisis?

¿Cómo salir de la crisis actual? Es algo que nos preguntamos todos, en particular en estos días, cuando el país se desploma y reina la desorientación. Aquí presentamos un plan para actuar hoy, lo que haría Vía Socialista en el gobierno para salir del pozo.

El primer problema es estabilizar la situación actual. La economía tiene que seguir funcionando, no podemos jugar irresponsablemente con la vida de la población: al día siguiente de asumir un gobierno socialista, tiene que haber pan en las panaderías, guita en los cajeros automáticos y energía eléctrica en las casas. Para estabilizar la situación actual es necesario realizar las siguientes medidas inmediatas:

1) Liquidación relativamente compulsiva de los 15 mil millones de dólares acopiados en silobolsas, mediante un acuerdo con el sector agropecuario que permita, a la vez, el ingreso de dólares en las reservas del Estado y un tipo de cambio razonable para los ingresos de ese sector (al día de hoy, entre $150 y $200, que es el doble de lo que recibe hoy el sector agropecuario).

2) Control fiscal estricto de las exportaciones. Hay mucha subfacturación en Argentina. Ya contamos, por ejemplo, qué sucede con La Alumbrera. Otro ejemplo es Minera Livent (empresa yanqui), que escondió exportaciones por más de 500 millones de dólares. Como el precio no está regulado por el Estado nacional, cada provincia hace lo que se le antoja y, así, Minera Livent exportaba litio a 6 dólares cuando, en otras provincias, se exportaba a 53. El precio internacional promedio era de 41 mil dólares por tonelada, mientras en Livent se vendía a 6 mil. El círculo se cerraba enseguida, porque la empresa venda a fábricas de su propia compañía, entonces todo queda en la misma corporación. Subfacturación, evasión de impuestos y ganancias extraordinarias: tres pájaros de un tiro.

Esas dos medidas sirven para que el Estado tenga dólares rápidamente. Pero también hay que reestructurar el Estado porque, así como está, no funciona. En este sentido:

3) Hay que reestructurar de la deuda en pesos, con bonos a 15 o 20 años para sacarle al Estado esa presión de encima.

4) Hay que desparasitar el Estado. No nos referimos a los que el consenso liberal llama «choriplaneros», sino a esa enorme cantidad de empresarios que recibe subsidios estatales, en forma directa o indirecta. Hay que eliminar todos los subsidios al sector privado que no demuestren utilidad práctica real.

5) Hay que realizar una reforma monetaria y establecer un tipo de cambio competitivo. Es absurdo que el billete argentino de mayor denominación equivalga a 3 dólares. Y el tipo de cambio debería, hoy, estabilizarse en torno a los $260.

6) Control de precios acorde al tipo de cambio. Es decir, no un control meramente voluntario y compulsivo. Sobre todo a la salida de fábricas y al ingreso de importaciones, a la salida de los grandes circuitos comerciales, no al almacenero de la esquina.

7) Revisión del sistema de compras estatal. Hoy el Estado pierde una enorme masa de dinero por comprar con sobreprecios que funcionan como subsidios a empresarios parásitos.

8) Drástica reducción de salarios políticos, jubilaciones de privilegio, gastos de representación, etc. En un país que se cae a pedazos, no puede ser que para cada reunión de ministros haya 15 o 20 aviones privados, o que se gasten 60 mil dólares para llevar a Cristina al Calafate cuando se le canta.

9) Hay que cerrar todas las dependencias estatales inútiles, sin afectar los salarios de los trabajadores. Hay muchos gastos, que no son salarios, destinados a dependencias inútiles. Hay que cerrarlas y trasladar a sus empleados a otros sectores.

10) Renegociar todos los contratos de la obra pública. La Causa de los Cuadernos dejó al desnudo la estafa de la obra pública.

11) Reestructurar el sistema general de obras sociales. No podemos seguir con una medicina cara porque las obras sociales, hoy, son cajas para enriquecer a dirigentes sindicales.

12) Recuperación de todos los bienes estatales apropiado por el sector privado. Hay miles de ejemplos como este: Leonardo Barone, piloto personal de Alberto desde enero de 2020, es socio de Global Jet Aviation, empresa a la que el Estado deja explotar gratis un hangar estatal en el aeródromo de Morón: 4.900 m2, entre 40 y 50 aviones, más de 100 mil dólares por mes. Barone obtuvo el beneficio en diciembre de 2012, o sea que tanto el gobierno de Cristina, como el de Macri y, ahora, el de Alberto, le permitieron semejante estafa al erario público.

13) Ejecutar todas las deudas que el sector privado tiene con el Estado. Hay millones de dólares ahí, especialmente en relación a los aportes previsionales.

14) Formar tribunales especiales para juzgar la corrupción política y ejecutar los bienes de esa corrupción. Esto no sólo significa una limpieza política y moral sino que significa una enorme cantidad de dinero. Pensemos que sólo Cristóbal López debía mil millones de dólares por no pagar el impuesto a la nafta (con ese dinero compró su multimedios).

15) Cerrar las empresas estatales que no sean eficientes, sin afectar los salarios de los trabajadores. Que no puedan presentar un plan razonable de funcionamiento, que garantice una mínima rentabilidad.

16) Eliminar todos los gastos superfluos, como la publicidad oficial y los subsidios a entidades religiosas.

17) Eliminar los planes sociales incorporando a todos los desocupados como empleados del Estado. Con esta masa trabajadora se formarán empresas estatales productivas para la exportación de bienes y servicios.

18) Facilitar las exportaciones para el sector privado en minería, energía y economías regionales: los exportadores dinámicos tienen premio impositivo, o sea que quien demuestre expansión será premiado con reducción de impuestos.

19) Impuesto permanente a las grandes fortunas.

20) Puesta en blanco de todos los trabajadores y trabajadoras.

Con este plan de tres años, logramos estabilizar la situación actual y poner al país en el camino de formación de un Estado productivo capaz de elevar el nivel de vida de toda la población.

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