Marcelo Berns León
Eduardo Sartelli
La minería es una de las vigas de la economía mundial, base de otras ramas productivas: automóviles, viviendas, celulares, computadoras, fertilizantes, fármacos, todo se sostiene en insumos provenientes de la minería. Entonces, pensar un desarrollo sostenible, es pensar un proyecto que permitirá el progreso del país, que ayude a solventar el gasto que implica un proyecto como Argentina 2050: un nivel de vida sueco con una productividad surcoreana. En el estado actual de la economía argentina, el desarrollo de proyectos de gran escala supone recursos mucho más amplios que los que surgen de las arcas estatales. Se necesita, entonces, la participación de capital extranjero.
La simple “apertura” indiscriminada no creará un sistema productivo minero eficiente y que rinda frutos a la economía nacional. Por el contrario, se crearía una economía del saqueo. Se trata, por lo tanto, de constituir un círculo virtuoso, en el que el crecimiento del sector dé lugar a una participación estatal creciente, con transferencia de tecnología y expansión de la infraestructura asociada. Se imponen, entonces, dos instrumentos que enmarquen este esquema: la planificación estatal, por un lado; la creación de una empresa estatal que interactúe con las privadas hoy existentes y las que vendrán. Un plan de desarrollo minero de largo plazo y una empresa estatal que lo corporice, son las claves de nuestro planteo en el tema. Veamos, primero, qué pasa del otro lado de la Cordillera.
Una experiencia cercana
Se trata de un ejemplo muy significativo, porque parece difícil creer que todo el cobre la Cordillera se haya amontonado en un solo lado, pero también porque, siendo normalmente el modelo ejemplar del neoliberalismo, tiene en su centro una empresa estatal creada por un gobierno socialista. En efecto, en Chile, las exportaciones por cobre, en 2021, fueron deUS$ 30.295 millones, con un alza del 54% frente a 2020, llegando a representar el 57% de las exportaciones en un país con una población apenas por arriba de los 18 millones de personas. Esta performance está atada a una empresa estatal, Codelco, nacionalizada en 1971 por Salvador Allende. Una de las más grandes empresas del mundo en su ramo y la mayor productora de cobre del mundo, en el año 2020 aportó un 11,5% del PIB de Chile 1. El cobre aportó más de US$ 108.000 millones al Estado entre 2000-2019, con más de US$ 45.000 millones por exportación. La inversión minera alcanza más de US$ 21.440 millones, sin considerar el efecto multiplicador que provoca la inversión en energía. Este sector aportó un 9,3% del total de empleos a agosto del 2021. Esto quiere decir que hay 214 mil personas empleadas directamente en minería y 545 mil indirectamente. Dicho de otro modo: el “milagro” chileno es estatal, afincado en la minería.
Un poco más lejos (con canguros y osos blancos)
Dos experiencias más se vuelven muy significativas, porque se trata dos países a menudo comparados con la Argentina. En efecto, tanto Australia como Canadá, han sido tomados como ejemplo de lo que nuestro país pudo ser. “Tierras nuevas”, como se los categorizó en algún momento, las tres se concentraron en la producción agraria. De las tres, la única que siguió una trayectoria divergente del crecimiento mundial fue la Argentina. De las tres, la única que no desarrolló la minería a gran escala fue, precisamente, la Argentina. Hay aquí una vía de explicación mejor a la divergencia que el no haber sido colonizados por ingleses…
En efecto, Australia depende del crudo y el gas para explicar el 60% de sus exportaciones. La minería domina la inversión directa con un 46% de los US$ 446 mil millones totales. ¿Cómo ha logrado Australia construir su industria minera, alcanzar un crecimiento significativo y beneficiar al resto de la economía? Las bases fueron sentadas hace más de dos décadas con el inicio de un importante programa de reformas, cuyo objetivo era mayor productividad. O lo que es lo mismo, con la planificación de las actividades productivas en el largo plazo. No fue resultado espontáneo del mercado.
En nuestro continente, según las cifras de la Asociación Minera de Canadá, en 2019, el empleo directo e indirecto en la industria minera canadiense supera las 620.000 personas, con un valor de US$ 105 mil millones en 2018. Menos dependiente que Australia o Chile, las exportaciones de minerales canadienses representaron el 19% de las exportaciones nacionales totales del país 2. Un país que ha tenido, históricamente, una altísima integración productiva con los grandes centros del capitalismo mundial (Inglaterra primero, EE.UU, después), es decir, que debe buena parte del lugar que ocupa en la economía mundial (la novena economía del mundo a 2021) a ser parte de una cadena productiva mayor y dominante, depende, sin embargo, de la actividad minera para conseguir una de cada cinco divisas que entran al país.
Los argentinos suelen compararse con Australia y Canadá, sobre todo en modo “melancolía”. Es decir, lo que no fuimos. Buena parte de ese desarrollo ausente, se debe a las limitaciones de la minería argentina. Y no porque no existan posibilidades. Hay un mercado creciente y hay recursos locales.
¿Qué posibilidades existen?
A nadie escapa que el mundo se encuentra en transición energética hacia un patrón “eléctrico”. El sistema de transporte, en particular. Los, por ahora, vehículos impulsados con combustible fósil, van en camino a ser reemplazados por cableados de cobre y pilas de litio. En su último reporte sobre el papel de los minerales en la transición energética, la Agencia Internacional de Energía destaca al cobre como la piedra angular de todas las tecnologías relacionadas con la electricidad limpia, asegurando que su demanda aumentará fuertemente en aras de cumplir con las metas propuestas en el Acuerdo de París 3. Con una demanda mundial que crece y una oferta que se ameseta, el mundo va a pagar precios superiores a los actuales por minerales que la Argentina tiene durmiendo bajo tierra.
Entre ellos, algunos a los que “el gran público” no presta atención o ni siquiera conoce, las “tierras raras” 4. En nuestro país no hay un régimen especial que contemple la extracción de minerales preciosos o de relevancia industrial. La falta de controles hace que muchos de estos minerales estén saliendo de Argentina sin haber sido declarados. Ejemplo de esto es “Minera La Alumbrera”, que, en 2010, declaró apenas tres minerales (oro, cobre y molibdeno) cuando en realidad exporta más de medio centenar de variedades sobre las que no hay tributación.
Las tierras raras son 17 minerales distintos, todos imprescindibles para la nueva tecnología. El escandio, por ejemplo, se utiliza para aleaciones de aluminio y componentes aeroespaciales; el itrio, en láseres para televisión, superconductores, bombillas de bajo consumo, tubos fluorescentes, led, aditivos para acero; el lantano, para almacenamiento de hidrógeno, electrodos de batería, lentes de cámara, refinación de petróleo; el neodimio, para imanes, láseres, motores de automóviles eléctricos; el terbio, para estabilizar pilas de combustible; el erbio, para acero de vanadio y tecnología de fibra óptica; el iterbio, para medicina nuclear; el lutecio, para tomografías, refinerías y bombillas led. La importancia de estos minerales es tal, que China ha utilizado su cuasi monopolio (controla el 90% de la producción mundial) en su guerra comercial con EE.UU. Solo basta con pensar que Toyota, por dar un ejemplo, precisa casi 11 kilogramos por auto de tierras raras, para tener una idea de lo que estamos hablando. Argentina es uno de los pocos países que cuentan con estos productos. En Santiago del Estero, San Luis, Salta (Cachi), Córdoba hubo interés de empresas privadas de Canadá y Australia que saben sobre explotación minera. Existe la posibilidad de ser uno de los referentes mundiales en tal materia.
La minería en la Argentina constituye un terreno casi inexplorado. Mientras que Chile exporta anualmente US$ 40.000 millones, Argentina sólo alcanza los US$ 2.600 millones, perdiendo US$ 8 mil millones sólo por las tierras raras 5 de Mina La Alumbrera. Mientras Chile vive del cobre, la Argentina solo exporta minerales por apenas el 4,1% del total exportado. Mientras Chile crea cerca de 800.000 empleos directos e indirectos con la minería cuprífera, toda la minería argentina no llega al medio centenar, un país que tiene un millón y medio de obreros desocupados oficialmente. Y se trata de empleos cuyos salarios son 97% más altos que el promedio nacional.
Minería, nueva frontera, nuevo motor
La Argentina logró ser lo que fue, gracias al impulso productivo de la región pampeana. Está claro ya que hoy no alcanza. Necesitamos otras “pampas”. La minería califica para esa tarea. Es, además, una salida económica para el interior más atrasado de la Argentina: Salta, Catamarca, Jujuy, Cuyo, la Patagonia, incluso Santiago del Estero. Sería, entonces, el instrumento con el cual desarmar la estructura pampeanocéntrica del país y darle una fisonomía verdaderamente “federal”. Pero, además, es la oportunidad de una nueva fórmula social. La Argentina se pierde la posibilidad de atraer inversiones extranjeras por varios centenares de miles de millones de dólares, de crear 500.000 puestos de trabajo y exportar por arriba de los 40.000 millones. Tenemos aquí una nueva región pampeana en ciernes. Junto con Vaca Muerta, cuyo potencial a mediano plazo equivale a dos complejos sojeros, la Argentina tiene la posibilidad de relanzarse a escala histórica con una potencia equivalente a cuatro “pampas”. El sueño de una sociedad avanzada económica y socialmente, tiene una base sólida esperando, si sabemos desarrollarla por una vía adecuada, que no va a brotar espontáneamente del mercado. Planificación y Estado, una Vía Socialista.
Publicado en El Aromo Nueva Época N° 4 – Agosto 2022
- Cifras actualizadas de la Minería – Consejo Minero
- El perfil de las cinco principales compañías mineras de Canadá – World Energy Trade
- The Role of Critical Minerals in Clean Energy Transitions (windows.net)
- https://www.visualcapitalist.com/rare-earth-elements-where-in-the-world-are-they/
- https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/a_-_valor_bruto_y_pib_v2.pdf
1 comentario en “Minería, una pampa oculta”
POR AHORA NO HAY QUE HABLAR MUCHO DE SOCIALISMO, AUNQUE LO LLEVES EN LAS ENTRAÑAS, LO DICEN UDES , ESTE ES UN PAIS MUY RARO…..PENSE QUE ME IBA DE VIAJE DE LA VIDA SIN ESTAR AFILIADO A NINGUN PARTIDO, HAY QUE CREAR UN ESTADO MUY MUY FUERTE , PERO OJO QUE ESTA DEMOCRACIA ES MUY JODIDA, SI DESPUES PERDES,PERDES TODO……POR ESO NO CREO EN LA RELIGION, NO CREO EN EL LIBRE MERCADO,NO CREO EN LA ALIANZAS, PERO COMO DIABLOS LLEGAS?…. NO SE PERO CON VIA SOCIALISTA ES DISTINTO ,LE TENGO CONFIANZA,YA ESTOY AFILIADO….MIREN QUE UDES FICHAN TODO, YO TAMBIEN HAGO LO MISMO Y LES TENGO FE ME DAN ESPERANZA….. QUIZA PARA VIAJAR TRANQUILO …META VIA SOCIALISTA