El proyecto Argentina 2050 de Vía Socialista aspira a que el país alcance una productividad coreana, lo que es la base para un nivel de visa sueco. ¿Cómo pensamos llegar a eso? Expliquemos.
Argentina es una sociedad industrialmente atrasada. Eso lleva a que se reparta miseria. Así todo el mundo habla de “crecimiento”, pero nadie aclara qué significa eso. Los políticos nos prometen que con algunas recetas, vamos a crecer. Para el caso de la industria, nos hablan de dos alternativas: proteccionismo o liberalismo. Pero en el fondo, las dos tienen ideas comunes. Nosotros planteamos que ninguna sirve.
¿Por qué no el proteccionismo? Los que hablan de proteccionismo dicen que hay que “defender” el mercado interno con tarifas altas a las importaciones. Así creen que hay dos mercados: el mundial y el interno. Pero, en realidad, el mercado interno es la continuación del mercado mundial. Todo el asunto es que tenemos que subir la productividad. Con eso, cubrimos todo: llegamos al mundo y cuidamos el mercado local. En cambio, la receta proteccionista dice que hay que “proteger” industrias locales sin resolver la productividad. Eso significa subsidios. Como ya explicamos, así se busca sostener a una burguesía planera, que se come al país y saquea nuestros bolsillos.
Con eso, a la larga pierde toda la economía. Vamos a seguir haciendo lo que hacemos hasta hoy: sacar riqueza de un sector que funciona para subsidiar los que no funcionan o funcionan mal. Y así funciona mal todo: los subsidios a la producción local ineficiente van a significar mayores costos. Más costos de insumos, más costos de los bienes de consumo. Y además, vamos a quedar cada vez más lejos en la productividad. Así, el país pierde capacidad de compra a nivel mundial. Por eso faltan dólares.
¿Y los liberales? Lo que dicen los liberales es que si le sacamos regulaciones a la economía (impuestos, tarifas, subsidios, gastos de todo tipo), dejamos todo a manos del mercado. Y así vivimos bien. Mágicamente, van a venir inversiones que van a resolver todo. Pero los liberales se pierden que tal y como está, el país se va al tacho apenas desregulaste. Dejado a la libre iniciativa capitalista, acá solo funciona el campo. Y es un sector que genera pocos puestos de trabajo. ¿El resultado? Una masacre social. Millones de personas que no van a tener un peso partido al medio.
Pero aunque parecen ser ideas opuestas, las dos tienen algo común: dejan todo en manos de la “anarquía” del mercado. ¿Por qué? Porque dejan el país en manos de la voluntad de los mismos empresarios de siempre. Vamos a seguir esperando que esta gente invierta por su cuenta. Pero si no hay negocio real, nos espera lo de siempre: obra pública con precios de corrupción, industrias fuera de toda competencia (como la “industria” de computación de Tierra del Fuego) y cosas así.
Contra todo esto, lo que hay que hacer es planificar. Solo con la planificación vamos a tener una economía dinámica, que se mueva, con productividad elevada y ramas complejas. El socialismo tiene que promover la industria eficiente a nivel mundial, con salarios altos. Tenemos que exportar productos complejos y no gastar en zapatos. Tenemos que apuntar al mundo, alcanzando la productividad mundial. Y lo tiene que hacer el Estado. Pero además, esta planificación tiene que ser socialista. Si lo dejamos todo en manos del mercado y los empresarios, vamos a tener más diferencias sociales. Por eso mismo, Argentina 2050 aspira a una productividad coreana y un nivel de vida sueco. La clave del asunto, es la planificación socialista.