Nuevamente vencieron los contratos que el gobierno unilateralmente convirtió en trimestrales, y otra vez cientos de trabajadores que cumplen funciones quedaron en la calle. El viernes a última hora empezaron a llegar las notificaciones en INTI, INCAA, ex Ministerio de la Mujer, ex Ministerio de Desarrollo Social, en Parques Nacionales, e incluso en hospitales nacionales como el Posadas. Por ahora, se estima que fueron alrededor de 2300 bajas. Según el Indec, ya suman 25.000 los estatales despedidos.
El gobierno insiste que se trata de ñoquis o “empleo militante”, pero la realidad es que se despiden trabajadores que cumplen tareas y cuyo despido supone la desarticulación de políticas públicas. Mientras eso sucede, nos enteramos que Adorni designó un centenar de personas en su subsecretaría, tiene 29 asesores y 37 cargos jerárquicos. Es decir, para trolls hay plata, para políticas contra la violencia hacia las mujeres, política social, cultura, salud y tecnología, no.
Los contratos son una forma de precarización y fraude laboral que se fue naturalizando y creciendo dentro del Estado con aval de las direcciones de ATE y UPCN. El contrato supone que la persona realiza una tarea por un tiempo determinado, y una vez finalizada la tarea, el contrato se extingue y ese puesto de trabajo ya no es necesario. Pero en el Estado este tipo de contratación se utilizó para tomar personal que realiza tareas permanentes y continuas. Se trató de una forma de generar empleo más barato que la planta permanente, que permitía ajustar el personal cuando fuera necesario y mantener un control sobre los trabajadores, por la coerción que implica el estar sujeto a una renovación anual del contrato. La cantidad de contratados creció exponencialmente durante los gobiernos kirchneristas, con la complicidad de los sindicatos. Aunque hoy se rasguen las vestiduras por los despidos, no han hecho nada por regularizar esta situación, a pesar de las promesas del gobierno de Alberto y Cristina, y dejaron a estos trabajadores en una situación sumamente vulnerable.
El gobierno busca mostrar que está limpiando el Estado de ñoquis y de gastos innecesarios, pero la realidad es que está despidiendo personas que trabajan y realizan tareas fundamentales. Si hay ñoquis, estos despidos no los afectaron. Si en algún lugar sobrara gente, lo que corresponde es reubicarla en los cientos de lugares donde hace falta más personal para atender las necesidades de la población. Pero a este gobierno ello lo tiene sin cuidado. Necesita ajustar las cuentas del Estado para que la recaudación alcance para mantener los subsidios a los empresarios planeros como Rocca y Galperín, a los que les otorgó nuevas exenciones impositivas, y a las escuelas privadas, a las que ahora subsidiará con los “vouchers”. Para los trabajadores no hay plata, pero a los empresarios, a los que les sobra la plata, el Estado le regala más.
Mientras tanto, los sindicatos siguen paralizados por la inacción de sus conducciones. El desamparo sindical lleva a que cada sector esté luchando aisladamente, y que las medidas sectoriales dependan de la fuerza en cada organismo. Necesitamos un verdadero plan de lucha, que incluya como mínimo un paro nacional por tiempo indeterminado.
No a los despidos
Por un paro por tiempo indeterminado
Por una Asamblea Nacional de Trabajadores Ocupados y Desocupados
Fuera Milei
Corriente Clasista Goyo Flores – Corriente Sindical de Vía Socialista