Los liberales, como Milei y Espert, dicen lo que toda la burguesía argentina piensa: que el problema de este país, lo que lo lleva de crisis en crisis, es la “elevada presión tributaria”, es decir, los impuestos. A los empresarios esto les viene bárbaro. Por un lado, se venden como los verdaderos promotores del desarrollo económico y, a la vez, derivan las culpas hacia otro lado: “no es mi culpa, yo quiero invertir y hacer crecer al país, pero el Estado me saca mucha plata”.
Este razonamiento viene acompañado de un componente antiobrero muy obvio. La idea según la cual se cobran muchos impuestos porque el Estado sostiene a una gran masa de “vagos” y “planeros” que viven de la asistencia y rechazan cualquier laburo. Ya explicamos en este número que a los verdaderos planeros, a los verdaderos subsidiados, hay que buscarlos en otro lado.
Lo que nos interesa acá, es ver otro aspecto del problema. El que muestra que se esconde detrás del llanto por los impuestos. Lo primero que hay que decir es que cuando los burgueses hablan de “reducir el costo laboral” hablan de bajar nuestro sueldo. Para ellos, es un gasto “muy grande” que tengamos vacaciones pagas, jubilaciones, licencias y antigüedad, por mencionar solo algunas de las cosas que quieren quitarnos. Cuando hablan de “reforma laboral”, se refieren a esto, a sacarnos plata y “abaratarnos”.
Hay una capa muy grande los patrones que ya lograron este sueño. El empleo en negro es una buena muestra de eso. La burguesía negrera nos roba más de lo que nos roba normalmente cualquier patrón, al ahorrarse aportes sociales y jubilatorios. Ese “ahorro”, que es un robo, es mayor aún porque los salarios en negro son más bajo que los salarios en blanco, incluso si no tenemos en cuenta los aportes.
Para darse una idea, desde hace varios años que el promedio de lo que se ahorra el conjunto de la burguesía negrera por no registrar a sus obreros contratados y por pagarles un salario bastante más bajo que el promedio de la economía “en blanco” no baja del 10% del PBI. Para darse una idea, a groso modo, se trata de casi 60 mil millones de dólares por año. Pequeño negocio…
Del 2011 a esta parte, los puestos de trabajo asalariados “en negro” no bajan de los 4,6 millones. Sólo en 2020 se “redujeron” a 4,1 millones promedio, no por mejoras en la contratación, sino por ser despedidos de sus trabajos en plena cuarentena.
En el acto de la CTA del 20 de junio de este año, Cristina señaló que la inflación es consecuencia de la evasión fiscal. Tiene razón, pero no por los motivos que ella cree. Si los empleadores en negro, se blanquearan, el Estado no tendría déficit. Pero se olvida de señalar que ella es la responsable, no solo de no eliminar el trabajo en negro, sino de expandirlo. El empleo en negro aumenta sistemáticamente desde comienzos de los ’90 hasta el 2004 y que, desde allí, si bien a una tendencia descendente, se mantiene por arriba del peor año menemista hasta el 2008, aproximadamente. Y aunque luego la caída continúa, es muy leve y se mantiene por arriba del promedio de la década menemista.
Dicho de otro modo, Cristina avaló, mantuvo y, en relación a la crisis del 2001, expandió la generosidad impositiva para con la burguesía que caracterizó al menemismo. Pero donde la generosidad K para con la burguesía negrera se mostró en todo su esplendor, es en el ahorro que le permitió gracias a la expansión del trabajo en negro, superando a la década menemista e igualando a Macri. Cristina llora lágrimas de cocodrilo. Las lágrimas verdaderas son las nuestras, porque día a día vivimos un poquito peor.
2 comentarios en “El llanto de la burguesía negrera”
Hola compañeros, vivo en San Clemente, partido de la Costa,en toda la Costa los sueldos de los trabajadores municipales, son de hambre,no sólo esto que lo notamos casi como norma,sino que la vez que se plantaron una de las delegaciones, para reclamar el sindicalista titular de camioneros los instó a desistir de la medida,para que no perdieran su teabajo
Hola compañeros, vivo en San Clemente, partido de la Costa,en toda la Costa los sueldos de los trabajadores municipales, son de hambre.Hubo un acontecimiento en una de las delegaciones, reclamaron por mejoras,quien podía ayudar como mediador,el sindicalista titular de camioneros los instó a seguir trabajando, sin palabras,más de lo mismo.Gracias seguiremos comunicados.