A lo largo de las últimas semanas comenzaron a llegar miles de telegramas de despido a trabajadores del Estado nacional en todas las reparticiones. El gobierno asegura que se trata de ñoquis o “empleo militante”, y que los despidos son producto de auditorías. Se trata de una mentira descarada. Lo que sucedió es que se bajó la orden de despedir al 20% de la planta en todos los organismos sin distinción, sin hacer ninguna evaluación de las tareas de cada trabajador, sin examinar si son necesarios o no. Simplemente se presionó a cada oficina para que entregue un listado del 20%. En donde los directivos se negaron, como en CONICET, los funcionarios mileístas se encargaron de hacer un listado arbitrario sin ninguna lógica.
Un argumento que pretende instalar es que no serían despidos porque son contratos que no se renovaron. Pero estos contratos estaban firmados hasta el 31/12/24, y su fecha de finalización fue cambiada por el gobierno unilateralmente y por decreto al 31/3, para poder ahora despedirlos. Además, la realidad es que los contratos son una forma de precarización y fraude laboral. El contrato supone que la persona realiza una tarea por un tiempo determinado, y una vez finalizada la tarea, el contrato se extingue y ese puesto de trabajo ya no es necesario. Pero en el Estado este tipo de contratación se utilizó para tomar personal que realiza tareas permanentes y continuas. Se trató de una forma de generar empleo más barato que la planta permanente, que permitía ajustar el personal cuando fuera necesario y mantener un control sobre los trabajadores, por la coerción que implica el estar sujeto a una renovación anual del contrato. La cantidad de contratados creció exponencialmente durante los gobiernos kirchneristas, con la complicidad de los sindicatos. Aunque hoy se rasguen las vestiduras por los despidos, no han hecho nada por regularizar esta situación, a pesar de las promesas del gobierno de Alberto y Cristina, y dejaron a estos trabajadores en una situación sumamente vulnerable.
El gobierno pretende vender que está limpiando el Estado de ñoquis y de gastos innecesarios, pero la realidad es que está despidiendo personas que trabajan y realizan tareas fundamentales. Si hay ñoquis, estos despidos no los afectaron. Si en algún lugar sobrara gente, lo que corresponde es reubicarla en los cientos de lugares donde hace falta más personal para atender las necesidades de la población. Pero a este gobierno ello lo tiene sin cuidado. Necesita ajustar las cuentas del Estado para que la recaudación alcance para mantener los subsidios a los empresarios planeros como Rocca y Galperín, a los que les otorgó nuevas exenciones impositivas, y a las escuelas privadas, a las que ahora subsidiará con los “vouchers”. Para los trabajadores no hay plata, pero a los empresarios, a los que les sobra la plata, el Estado le regala más.
Este martes ATE convocará a una nueva “jornada de lucha”, la tercera. Por su parte, UPCN está callado, negociando los despidos. El desamparo sindical lleva a que cada sector esté luchando aisladamente, y que las medidas sectoriales dependan de la fuerza en cada organismo. Necesitamos un verdadero plan de lucha, que incluya como mínimo un paro nacional por tiempo indeterminado.
No a los despidos
Por un paro por tiempo indeterminado
Fuera Milei
Corriente Clasista Goyo Flores – Corriente Sindical de Vía Socialista