El pasado viernes el gobierno nacional publicó un decreto que modifica algunos artículos de la movilidad jubilatoria. En primer lugar, este decreto establece un aumento extraordinario del 12,5% para el mes de abril. En ese mes y en mayo se adelantará el pago del aumento correspondiente a junio según establecer la fórmula actual. Obviamente, los porcentajes del aumento que se paguen en abril y mayo serán descontados del que correspondía en junio. La suma extraordinaria queda muy lejos de la inflación acumulada de los primeros tres meses del gobierno equivalente al 71,3%. Así, se consolida el brutal ajuste que sufrieron los haberes en estos meses y recién en julio se comenzará a aplicar la nueva fórmula.
La nueva fórmula cambia la frecuencia y el cálculo de los aumentos, que pasarán de ser trimestrales a mensuales y se ajustarán por el IPC de dos meses antes. El ajuste por inflación aseguraría que los haberes no pierdan poder adquisitivo, pero que se haga con dos meses de retraso es una desventaja. Por otro lado, esa fórmula implica que no habrá aumentos reales sino que los ingresos se mantendrán en el paupérrimo nivel actual.
El gobierno quiere presentar esta modificación como progresiva para los jubilados. Es totalmente falso. Milei ya dijo hace un par de meses que no negocia la licuadora. Por eso, esta nueva fórmula solo congela la situación actual y no permite la recuperación del poder adquisitivo de los haberes. No nos conformamos con las migajas que nos tira el gobierno después de una vida de trabajo.
Exigimos:
-Por una recomposición histórica de los haberes jubilatorios, indexada automáticamente por inflación mes a mes.
-Por una jubilación del 85% móvil, equivalente al mejor de los regímenes especiales.
-Por una recomposición histórica de los salarios de todos los trabajadores: si como activos tenemos un salario de pobreza, al jubilarnos tendremos haberes de indigencia.