Damián Bil describe el origen histórico de la inflación en Argentina, mostrando por qué no es algo coyuntural. Agotada la expansión de las primeras décadas del siglo XX, el fenómeno aparece con fuerza hacia fines de los ’40, debido a que el grueso de la estructura económica argentina no puede superar las fronteras de su propio mercado, con un rezago crónico en la productividad del trabajo y la consecuente escasez crónica de divisas. La devaluación y la inflación aparecen como formas en que la economía argentina se defiende de su atraso productivo, lo que tiene como consecuencia el empobrecimiento de la población.
No es un problema que se resuelva con controles de precios o con cambios de moneda, ya que esas medidas solo atienden las consecuencias pero no a la causa de fondo. Para resolver la situación, hay que aumentar la productividad y abaratar los bienes que consumimos. La burguesía argentina no puede hacerlo. Debe ser un Estado productivo, de nuevo tipo, socialista, el que planifique la estructura y concentre los medios productivos para incrementar la capacidad productiva y producir más barato.
Entrevista realizada por FM La Tribu 88.7 (CABA) – 15/06/2022